En eso consiste la teoría de Bruce Ames. ¿Quién es Bruce Ames?
Es un científico célebre. Tiene cerca de 550 publicaciones (1), y es uno de los autores más citados por otros científicos en la historia en todos los ámbitos de la ciencia (2).
Es también un hombre creativo que busca aportar cambios concretos que favorezcan a la humanidad. Uno de los tests más usados para la detección de carcinógenos en productos de uso común es su creación: el Test Ames (3).
Tiene 93 años, y hasta el día de hoy se levanta cada mañana a dirigir su propio laboratorio.
Mr. Ames ha dedicado las últimas décadas de su vida científica al campo de la nutrición, ya que le gustan los desafíos complejos, y es un campo de la ciencia que define como particularmente “barroso”.
Y vaya si se ha hecho notar.
Es el padre de la “Teoría del Triaje”.
El triaje es un método de selección y clasificación de pacientes usado principalmente en las urgencias médicas, y tiene su origen -al parecer- en la primera guerra mundial, cuando en el campo de batalla los doctores atendían a los heridos según sus probabilidades de supervivencia.
En su teoría, Ames identifica un fantástico mecanismo de supervivencia de nuestro organismo, una elegante solución evolutiva que, al mismo tiempo, nos condena a sufrir enfermedades en la vejez.
Se dio cuenta de que nuestro organismo provoca daños en el ADN cuando tenemos ciertas carencias micronutricionales, y se preguntaba, ¿por qué?
“Cuando comencé a trabajar en nutrición, me preguntaba una y otra vez por qué la naturaleza hacia esto. Un día la respuesta me llegó: eso es justamente lo que la naturaleza quiere. A través de la evolución, siempre ha habido escasez de ciertas vitaminas y minerales. No están distribuidos de forma homogénea por la Tierra.”
Esa fue la primera pista. Luego definió el sistema:
“Llegué a la conclusión de que debe haber un mecanismo de racionamiento en nuestro metabolismo para cuando estás algo bajo en algún nutriente. Lo que la naturaleza está seleccionando ahí es que sobrevivamos y nos reproduzcamos, no necesariamente que vivamos hasta los 90 años.” Un proceso de triaje:
“La manera de lidiar con la escasez de nutrientes es favorecer a las proteínas necesarias para la supervivencia de corto plazo, haciendo pasar hambre a las proteínas encargadas de prevenir enfermedades insidiosas, las que recién van a causar enfermedades muchos años después. Escribí un paper postulando que los humanos hacemos esta especie de racionamiento, y llamé a esta idea triaje”. (4)
La Teoría:
La teoría del triaje dice que durante la evolución, como resultado de períodos de escasez de micronutrientes requeridos por varias proteínas para funcionar, nuestro organismo aprendió a usar lo poco que tiene para las funciones que dependen de la vitamina o mineral escasos para una sola cosa: mantenernos vivos, ahora.
Eso suena bien, tenemos incorporado un mecanismo eficiente de supervivencia.
Pero puede ser problemático después, y le generaba nuevas dudas:
“Por ejemplo, todas las enzimas de reparación de ADN usan Magnesio como cofactor. La mitad del país (EE.UU.) tiene niveles insuficientes de Magnesio. ¿Está tu cuerpo dejando sin Magnesio a esas enzimas -que reparan el ADN- para lograr tu supervivencia en el corto plazo?”
Hay otras proteínas y enzimas que son menos esenciales para la supervivencia y reproducción de corto plazo.
Las esenciales y las no tan esenciales, sin embargo, son muchas veces dependientes de los mismos micronutrientes.
La teoría postula que el cuerpo prioriza (y por lo tanto, “protege”) a las que son esenciales para la vida inmediata, dejando desprotegidas a las que no son, asegurando así la supervivencia y las posibilidades de reproducción.
Algunas proteínas y enzimas son esenciales para la supervivencia y reproducción en el corto plazo. Existe, por ejemplo, un triaje conocido entre órganos: si le falta Hierro, el cuerpo lo extrae del hígado antes que del corazón, porque si el hierro se extrae del corazón, el cuerpo morirá.
A corto plazo, nos mantenemos vivos.
A largo plazo, si las deficiencias o insuficiencias son sostenidas, se genera una acumulación de daños que aumentará el riesgo de enfermedades crónicas.
Ames considera que este sistema de supervivencia crítico provoca que, como sociedad, no le demos la relevancia suficiente al consumo insuficiente de micronutrientes, ya que el daño no es evidente, y, cuando aparece, se lo atribuimos simplemente a la vejez. Eso es potente, porque implica que también es evitable.
El envejecimiento degenerativo se caracteriza por ser un daño insidioso, clínicamente no obvio, que se acumula lentamente con el tiempo y sólo se manifiesta más tarde en la vida. La conexión de ese daño con la escasez del micronutriente por lo tanto se subestima clínicamente.
El alto consumo de dietas desequilibradas (ricas en calorías y pobres en micronutrientes) agrava el problema. Más de la mitad de la población estadounidense tiene una ingesta inadecuada de Magnesio, por ejemplo, y casi todos los afroamericanos tienen niveles de Vitamina D extremadamente bajos. Las consecuencias de largo plazo en la deficiencia crónica de ambos micronutrientes, entre los que se encuentran varios tipos de cánceres, son ampliamente conocidas (6, 7, 8, 9, 10).
¿Tiene Bruce Ames la razón?
En el mundo científico no basta con llegar a conclusiones plausibles. Y no ha sido fácil para Bruce Ames demostrar su teoría.
Para hacerlo, se necesitarían pruebas de largo plazo que midieran regularmente el daño insidioso provocado en personas por su falta de vitaminas y minerales, lo que, además de presentar dificultades logísticas, sería poco ético, por lo que se ha debido buscar caminos alternativos.
Una manera de ponerla a prueba es logrando que ciertas predicciones se hagan realidad:
- La principal predicción de la teoría es que las funciones dependientes de ciertos micronutrientes que son requeridas para las obrevivencia de corto plazo van a ser más resistentes a suministros inadecuados de micronutrientes que otras funciones menos esenciales.
- La segunda predicción mayor de la teoría es que la funcionalidad disminuida de las proteínas dependientes de dicha vitamina o mineral que no son requeridas para la sobrevivencia de corto plazo podría aumentar el riesgo de enfermedades asociadas con el envejecimiento.
Ames y su equipo, liderado por Joyce C. McCann, decidieron intentar probarla analizando dos micronutrientes que tienen funciones dedicadas a la supervivencia bastante evidentes, menos complejas de analizar que otras que participan en cientos de reacciones enzimáticas críticas.
“Debido a que ciertos nutrientes son necesarios para numerosas funciones (como por ejemplo Zinc y Niacina), nuestro foco inicial está en micronutrientes requeridos para relativamente pocas funciones (por ejemplo, Biotina, Selenio, Vitamina B12 y Vitamina K)”.
Decidieron probar su teoría con Vitamina K y Selenio.
“La Vitamina K1 es un excelente ejemplo de un micronutriente cuyas severa e inmediatas consecuencias clínicas de una deficiencia (hemorragia) ha dominado su historia. Este es el caso para la mayoría de otros micronutrientes (por ejemplo, la Vitamina C y el escorbuto; la Tiamina y el beriberi; la Niacina y la pelagra, o la Vitamina D y el raquitismo).
“Así que obtuvimos dos hermosas reseñas, una sobre Vitamina K y otra sobre Selenio. Ambos micronutrientes tienen el sistema de racionamiento para que, por ejemplo, en la Vitamina K las proteínas de la coagulación la obtengan primero, y sólo después de que están satisfechas, se previene la calcificación de las arterias, o el cáncer, o las fracturas óseas.”
Los estudios publicados son los siguientes:
1) Vitamin K, an example of triage theory: is micronutrient inadequacy linked to diseases of aging? https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/19692494/
Este estudio demostró que tanto el deterioro genético como la deficiencia de Vitamina K y el uso crónico de warfarina (anticoagulante) se relacionan con una serie de enfermedades asociadas a la edad, como deterioro y mayor fragilidad de los huesos, calcificación arterial y otras enfermedades cardiovasculares.
Concluyen que el déficit de Vitamina K a largo plazo, así como de otros micronutrientes, se relaciona con enfermedades propias de edades avanzadas y con consecuencias clínicas graves: hemorragias, osteoporosis, cáncer, etc.
Es decir, el organismo al recibir Vitamina K, lo primero que hace con ella es dedicarla a la función coagulante, lo que deja a otras proteínas dependientes, las asociadas con la formación de huesos, la prevención del cáncer y la protección del corazón de la aterosclerosis, sin suficiente Vitamina K para funcionar correctamente.
El resultado deja al organismo con riesgo de desarrollar enfermedades relacionadas con la edad.
“Planteamos la hipótesis de que dos de las muchas consecuencias posiblemente mensurables de la deficiencia moderada de micronutrientes son el aumento del daño del ADN (cáncer futuro) y la descomposición mitocondrial (liberación de oxidante mutagénico, cáncer futuro y disfunción cognitiva), como aspectos de una respuesta de clasificación. El riesgo de enfermedades cardiovasculares y la disfunción inmunológica, también aumenta con las deficiencias de micronutrientes.” (13)
2) Adaptive dysfunction of selenoproteins from the perspective of the triage theory: why modest selenium deficiency may increase risk of diseases of aging https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/21402715/
En esta publicación se analizó la relación existente entre el déficit de Selenio a través de una revisión de 12 de las 25 selenoproteínas; de las 12 selenoproteínas seleccionadas, 5 fueron clasificadas como esenciales para la supervivencia (Gpx4, Txnrd1, Txnrd2, Dio3, and Sepp1), y las otras 7 (Gpx1, Gpx 2, Gpx 3, Dio1, Dio2, Msrb1, and SelN) como no esenciales.
La evidencia obtenida, aunque con algunas limitaciones, indica que un déficit de Selenio (incluso uno menor) y una disfunción genética de selenoproteínas podrían ser un factor causal de lo planteado en la teoría. Se determinó que las selenoproteínas esenciales fueron protegidas, pero no así las menos esenciales, pudiendo así colaborar a largo plazo en la aparición de enfermedades como el cáncer, enfermedades cardíacas, osteoporosis y demencia.
La conclusión de Bruce Ames es la siguiente:
“Nuestros estudios demostraron que esto (el mecanismo propuesto por su teoría) es cierto para ambos sistemas de racionamiento (de la Vitamina K y del Selenio), y creo que será cierto para todas las vitaminas y minerales.“(14)
Bruce Ames: ¿Qué medidas toma él con su salud?
Bruce Ames no es un típico nonagenario. Se levanta todos los días a trabajar y dirigir su laboratorio. No busca matar el tiempo: quiere resolver problemas fundamentales para el ser humano. Quiere vivir todo lo posible, en buenas condiciones.
¿Cómo se cuida?
Para Ames, la cantidad óptima de vitaminas, minerales y bioquímicos esenciales es la cantidad que maximiza una vida útil saludable (en oposición a las que sólo nos mantiene vivos), y es probable que sea mayor que la cantidad necesaria para prevenir la enfermedad por deficiencia aguda.
Ames cree que, para maximizar la salud humana y la esperanza de vida, los científicos deben abandonar los modelos obsoletos de micronutrientes.
Afirma que las RDA (consumos diarios recomendados de nutrientes) actuales pueden no ser suficientes para prevenir un daño metabólico sutil: si una entrada en la red metabólica es inadecuada, las repercusiones se sienten en una gran cantidad de otros sistemas. Esto podría resultar en un aumento en el daño del ADN (y cáncer), deterioro neuronal (y disfunción cognitiva) o deterioro mitocondrial (y envejecimiento acelerado y enfermedades degenerativas).
Pero pasarán algunos años antes de que esto cambie.
Probablemente, estos cambios vendrán de la mano de nuevas tecnologías de adopción generalizada, capaces de estimar adecuadamente el daño metabólico de la insuficiencia de algún micronutriente, y no antes.
Cuando la también reconocida bioquímica Rhonda Patrick le preguntó cómo se cuidaba él a su edad, le respondió que aplica lo que en Basics llamamos la filosofía Food First:
“(con mi mujer) comemos mucho pescado y verduras, cocinamos las verduras de maneras maravillosas, con aceite de oliva y ajo. Si no como verduras con una comida, me siento restringido. Creo que todos deberíamos intentar comer una buena dieta, todos estos tipos diferentes de alimentos son deliciosos, y cuando te acostumbras, te sientes mejor.
Pero al mismo tiempo, no estoy lo suficientemente expuesto al sol, tanto por una razón genética como porque estoy en el laboratorio todo el tiempo, así que me aseguro de tomar una pastilla de Vitamina D. Y creo que los suplementos realmente tienen un propósito. Creo que un multivitamínico es un buen seguro de vida. También tomo un poco de aceite de pescado, sólo para estar seguro. También me pregunto: ¿Estoy obteniendo suficiente Calcio y Magnesio desde mi dieta? Y si es necesario tomo una pastilla de Calcio y Magnesio, y Vitaminas del Grupo B.” (14)
Termina diciendo:
“Como nos dijeron nuestras madres y no les pusimos atención: haz algo de ejercicio, come tus verduras, come una dieta buena y variada. Estamos comiendo alimentos refinados que tienen baja densidad nutricional.”
Comentarios finales:
¿Cuál es la relevancia de la teoría de Bruce Ames?, ¿cómo nos impacta, y qué podemos hacer al respecto?
La Teoría del Triaje ofrece un vínculo causal y unificador entre la deficiencia crónica y modesta de un micronutriente y las muchas enfermedades degenerativas que acompañan al envejecimiento, como el cáncer, la disfunción inmunológica, el deterioro cognitivo, las enfermedades cardiovasculares y los accidentes cerebrovasculares.
Las conclusiones de la teoría son enormes: Cada día que no comemos suficientes micronutrientes, estamos pagando un precio por el daño metabólico a largo plazo.
Pero también, si la teoría es correcta, lo que realmente trae consigo son buenas noticias y optimismo:
La incidencia de estas enfermedades, en vez de ser algo inevitable, propio de la vejez, podría reducirse -o atrasarse- significativamente mediante una intervención con micronutrientes. Reafirma la importancia crítica de una alimentación variada, nutricionalmente densa, algo sobre lo que podemos ejecer control.
También reafirma lo difícil que es enfrentar el problema, tanto social como médicamente:
cuando el daño es evidente, todos, pacientes y médicos, se hacen cargo de resolverlo, pero cuando el daño es acumulativo, con poca o probablemente nula visibilidad, nadie lo hace, se deja progresar hasta que ya es tarde.
Entonces, si queremos aspirar a una vida saludable y longeva, nuestras necesidades de micronutrientes deben satisfacerse a diario.
Como dice Ames:
“mi esperanza es que estos análisis van a estimular esfuerzos adicionales para redefinir el consumo de micronutrientes en base a sus efectos de largo plazo”.
Mientras eso ocurre, podemos partir por alimentarnos adecuadamente, con alimentos de alta densidad micronutricional, cubriendo, como si de un seguro de vida se tratase, cualquier carencia que podamos tener con adecuada suplementación. Tal como lo hace Bruce Ames.
REFERENCIAS
(1) Bruce Ames: Publicaciones
(2) Bruce Ames - Berkeley
(3) Test Ames on Science Direct
(4) Bruce Ames, phd, and Rhonda Patrick, phd: Discussing the Triage Concept and the Vitamin D-Serotonin Connection
(5) Low micronutrient intake may accelerate the degenerative diseases of aging through allocation of scarce micronutrients by triage
(6) Vitamin D and prevention of breast cancer: pooled analysis
(7) Optimal vitamin D status for colorectal cancer prevention: a quantitative meta analysis
(8) Vitamin D and Chronic Diseases
(9) Magnesium Metabolism and its Disorders
(10 Chronic magnesium deficiency and human disease; time for reappraisal?
(11) Adaptive dysfunction of selenoproteins from the perspective of the triage theory: why modest selenium deficiency may increase risk of diseases of aging
(12) Vitamin K, an example of triage theory: is micronutrient inadequacy linked to diseases of aging?
13) Increasing longevity by tuning up metabolism
14) Bruce Ames on Triage Theory, Longevity Vitamins & Micronutrients